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Museo Cerralbo

En el número 17 de la calle Ventura Rodríguez se encuentra uno de los museos con mayor encanto de Madrid, pues al valor intrínseco de las numerosas obras que contiene se une la sensación de trasladarnos a otra época nada más atravesar el portal. “El tiempo parece realmente haberse detenido" y, sin tener que echarle demasiada imaginación, podemos suponer que somos uno de aquellos  invitados que con frecuencia acudían a las fiestas y reuniones típicas de la vida aristocrática madrileña de finales del siglo XIX e inicios del XX. ¡Mi más sincera felicitación a quienes corresponda por la labor de restauración y ambientación! (el edificio estuvo cerrado durante 4 años para tal fin, abriendo nuevamente al público el 14 de diciembre de 2010).
 
Indicar que el palacio fue concebido ya en su momento con la doble función de vivienda y museo para albergar las numerosas obras de arte reunidas por los marqueses de Cerrabo y sus hijos durante los numerosos viajes que realizaron por España y Europa.

El edificio consta de planta baja y dos pisos superiores, así como con un pequeño jardín de inspiración inglesa. Tras el Gran Portal de entrada del palacio, que en su momento posibilitaba incluso la entrada y salida de carruajes, accedemos a la hermosa escalera. La primera planta  (entresuelo) alberga las habitaciones privadas de los marqueses y sus hijos. En ellas trascurría la vida diaria y se recibía a parientes y amigos íntimos. La segunda planta (principal) se utilizaba exclusivamente para las grandes reuniones sociales, tan habituales en la aristocracia del XIX. Allí es donde se destapa el lujo y la ostentación: Armería, Sala Árabe, Salita Imperio, Comedor de Gala, salón Billar, Despacho, Biblioteca, Salón de Baile. Todas las estancias decoradas con muebles y objetos de gran valor ya que los marqueses poseían importantes colecciones de esculturas, dibujos, muebles, lámparas de cristal de Murano (impresionantes), relojes, objetos arqueológicos y cuadros (hay obras de El Greco, Goya, Zurbarán, Tintorero, o Alonso Cano entre otros).

El museo facilita con la entrada (gratuita los domingos y la tarde de los sábados ) una guía impresa en la que se van explicando las diversas salas y los objetos relevantes que en ellas hay. ¡Ojo!, debe devolverse a la salida.


En resumen: Una visita totalmente recomendable.