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Mingote y Madrid

Antonio Mingote, el gran dibujante, humorista, escritor y académico de la lengua, falleció como sabemos el pasado 3 de abril y Madrid, ciudad en la que residía desde hace ya muchos años (él nació en Sitges en 1919) y a la que estaba estrechamente unido, ha querido hacerle un último reconocimiento aprobando por unanimidad de su Corporación municipal darle su nombre a una calle o espacio público de la capital, aún sin concretar.

Pero la huella de Mingote ya está presente desde hace tiempo en Madrid, pues sus característicos personajes adornan algunas fachadas y rincones de la ciudad. ¿Has reparado en ello?

Si  paseas por la plaza de Cristino Martos y levantas la cabeza ante el número 8 de la calle Duque de Osuna veras dibujados curiosos personajes sobre los dinteles de las ventanas del edificio, como es el caso por ejemplo del músico flautista de la imagen adjunta. Estos dibujos fueron incluidos en 2007 en el Catálogo de Monumentos y Elementos Urbanos.

Pero sigamos. En la calle de la Sal, esquina con Postas, podemos ver unos falsos balcones desde los que personajes de «Fortunata y Jacinta» contemplan a todos los que pasan en su camino hacia la Plaza Mayor. Pintados por Mingote en noviembre de 2001 nos muestran, en el primer piso, a Benito Pérez Galdós con las dos mujeres de su novela más conocida y junto al galán de ambas, Juanito Santa Cruz. En el segundo, un matrimonio burgués y un galanteador de señoras, acompañados de un obrero. El cuadro se completa con las figuras del tercer piso, el militar y el poeta romántico rondando a la dama. Y más arriba, en la buhardilla, «los artistas, la vida bohemia, las estrecheces económicas».

Frente a la señalada balconada ficticia, al otro lado de la calle vemos un nuevo detalle relacionado con el artista: El relojero de La Sal. Este autómata asociado al carillón fue realizado a partir de los bocetos de Mingote que le encargó Ángel Manuel García, dueño de la centenaria “Antigua Relojería de la calle la Sal” y presidente de la Fundación Villa y Corte. Nos muestra la figura de un viejo relojero que, cuando el carillón da las horas en punto, se mueve hacia los lados de la calle como si estuviera echando un vistazo a su alrededor y lo hace al tiempo que suena una música de chotis.

En el Metro también tenemos la presencia de Mingote. Reconociendo la predilección que el artista tenía por pasear frecuentemente por el Parque del Retiro se decidió dotar la estación de Retiro con tres de sus dibujos, convertidos en murales de azulejo que se inspiran en el Parque. Esto se aprobó y ejecutó en 1987, al tiempo que se nombraba a Mingote Alcalde Honorífico del Retiro (Enrique Tierno Galván era por entonces el Alcalde de Madrid).

Pero no termina aún su presencia en las calles de Madrid. El Ayuntamiento, queriendo distinguir a los comercios centenarios que han pasado a integrar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad por su particular belleza y permanencia en la actividad económica a lo largo de los años, encargó a Mingote el diseño de una placa homenaje para que, colocada sobre la acera, junto al establecimiento, sirviese para identificarlos. Las dos primeras placas se pusieron en 2006, en el restaurante Lhardy de la carrera de San Jerónimo y en la Real Botica de la Reina Madre, en la calle Mayor, 59. Hoy hay instaladas más de 120 y, puesto que considero interesante hacer un seguimiento de los comercios identificados, me comprometo a dedicar a estos establecimientos centenarios próximas entradas de este blog.