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Monasterio de las Descalzas Reales

La visita que propongo hacer en esta ocasión es al Monasterio de las Descalzas Reales, recinto de gran valor histórico situado en pleno centro de Madrid y que encierra en su interior numerosos tesoros artísticos dignos de ser contemplados. La visita deberemos planificarla ex profeso, pues dentro del horario diario que el recinto tiene establecido se van conformando para cada hora grupos de unas 15 o 20 personas (las visitas son todas guiadas y duran unos 50 minutos) y es posible, si no estamos pronto, que nos quedemos sin poder entrar. Indicar así mismo, como aclaración, que la visita sólo permite ver parte del recinto, pues sigue siendo un monasterio de clausura activo, en el que residen unas 22 monjas.

El monasterio de Nuestra Señora de la Visitación o, como es más conocido, de las Descalzas Reales, fue fundado en 1559 por Juana de Austria tras enviudar prematuramente del príncipe Juan Manuel de Portugal y regresar a España (fue reclamada aquí por su hermano el rey Felipe II, a fin de que asumiese la regencia española mientras él permanecía en Inglaterra por motivos de su matrimonio con María Tudor).  El lugar elegido para el monasterio fue un antiguo palacio perteneciente hasta ese momento al tesorero imperial Alonso Gutierrez de Madrid y que tenía el valor emocional de ser donde ella había nacido (recordemos que el Alcazar, edificio emblemático madrileño, tenía una finalidad militar y cuando los reyes acudían a la ciudad solían alojarse preferentemente en viviendas de los nobles del entorno de la corte). El monasterio se habitó con monjas de clausura clarisas coletinas, también conocidas como clarisas descalzas (de ahí el nombre), y tuvo tal relevancia como institución religiosa ligada a la corona que a lo largo de los años muchas mujeres de la casa real y de la alta aristocracia ingresaron en este convento al enviudar o cuando no estaban llamadas a casamientos. Los ingresos y estancias solían ir acompañados de importantes regalos y donaciones para la institución, por lo que el monasterio llegó a tener un verdadero tesoro en obras de arte. Indicar también por último, antes de pasar a centrarnos en la visita, que en el monasterio está enterrada la fundadora, Juana, así como su hermana mayor María de Austria, que decidio ingresar allí  junto con su hija Margarita, de tan sólo trece años por entonces, tras enviudar en 1580 del emperador Maximiliano II de Habsburgo.

El recorrido de la visita se hace, hay que advertirlo, un poco a velocidad de trote, no permitiéndote la recreación en las obras expuestas (el grupo de visitantes lo cierra una persona de seguridad que se encarga de que no te quedes rezagado). Tras reunir el guía al grupo en lo que fue la antigua portería se inicia el recorrido en el Claustro Bajo, que fue cerrado para resguardarlo de las inclemencias meteorológicas en 1773, reinando Carlos III. Desde él accedemos a la espectacular escalera principal de dos tramos y que perteneció al antiguo palacio. Llaman poderosamente la atención los muros, totalmente cubiertos de pinturas murales al temple con perspectivas arquitectónicas fingidas, -las llamadas “ quadraturas barrocas”. En el tramo superior de la escalera destaca la pintura del Balcón Real, en donde aparecen retratados el rey Felipe IV y su familia, Mariana de Austria, su segunda esposa, y sus hijos el príncipe Felipe Próspero y la infanta  Margarita Teresa, la de las Meninas. ¡Preciosa escalera sin duda!.

El recorrido continúa visitándose el Claustro Alto y viendo las capillas que a él se abren, en las que se destacan algunos techos y suelos originales además de tallas, cuadros, reliquias y otras obras artísticas de indudable valor pertenecientes por lo general a los siglos XVI y XVII.

Pasamos seguidamente al Coro, sala que sigue siendo hoy utilizada por las monjas varias veces al día para su oración. Aquí destaca, en alto, el sepulcro de la emperatriz María y bajo él una magnífica talla en busto de “La Dolorosa”, obra de Pedro de Mena. Del coro pasaremos al denominado "Salón de Tapices", antiguo dormitorio de las monjas, en donde se exponen once de los veinte paños de la serie de tapices “El triunfo de la Eucaristía”, regalada al monasterio, en el primer tercio del siglo XVII, por Isabel Clara Eugenia, la hija predilecta de Felipe II. Estos paños, verdaderamente magníficos y en excelente estado de conservación, fueron tejidos en Bruselas sobre cartones y bocetos de Rubens. Las siguientes salas del recorrido nos irán descubriendo sobre todo la gran abundancia pictórica que encierra este monasterio. Pasaremos sucesivamente por la Sala Capitular, el Candilón (lugar donde era velado el cadáver de las monjas que fallecían y que se iluminaba con un gran candil, de ahí el nombre), el Salón de Reyes ( habitación principal reservada fuera de la clausura para las personas de la realeza) y las salas hoy denominadas de pintura flamenca, española e italiana. Hay cuadros de Lucas Giordano, Tiziano, Sanchez Coello, Zurbarán, de la escuela de Rubens y, de un sin fin de grandes artistas. ¡Lastima que uno no pueda recrearse en la contemplación!.

Monasterio de las Descalzas Reales
Dirección: Plaza de las Descalzas
Horario: De 10 a 14 y de 16 a 18:30 h martes a sábado. Domingos de 10 a 15 h.
Precio: 7 € tarifa básica (10 € si se combina, en 48 h, con Monasterio de la Encarnación)
Estaciones de Metro mas cercana: Callao y Sol