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Palacio de Velázquez

El Parque del Retiro contiene construcciones singulares y sin duda una de ellas es el Palacio de Velázquez, así denominado no en referencia al famoso pintor de Corte, como creen erróneamente algunos madrileños, si no en honor a quién fue su arquitecto principal: Ricardo Velázquez Bosco.

El edificio, de hermosa y llamativa fachada, fue construido entre los años 1881 y 1883 como pabellón central de la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales, que se celebró en Madrid entre los meses de mayo y noviembre de 1883. Posteriormente, en 1887, sería aprovechado para la Exposición de Filipinas que se celebró en el Retiro y, una vez que esta finalizó, se destinó a Museo de Ultramar. Entre 2005 y 2010 estuvo cerrado por obras de mantenimiento y reforma, utilizándose tras su reapertura como centro de exposiciones temporales de arte contemporáneo asociado, al igual que el cercano Palacio de Cristal, al Museo Reina Sofía y dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Arquitectónicamente el palacio de Velázquez responde a la corriente que se puso tan de moda en Europa a partir de mediados del XIX de construcciones con estructura de hierro. El exterior del edificio muestra una gran nave central con bóveda de cañón y cuatro torreones en las esquinas, unidos por galerías. La armadura, la cubierta y los marcos de los huecos son de hierro, cinc y cristal, material este último que al estar presente en gran parte de la bóveda posibilita la iluminación natural de las salas interiores. La fachada principal está construida con ladrillos de dos tonos y decorada con azulejos, relieves en estuco que representan a la minería y a las bellas artes, y una hilera de medallones. En el centro de esta fachada, tras una gran escalera de mármol blanco de quince metros de longitud y custodiada a ambos lados por esculturas de leones alados, un pórtico con tres arcos de medio punto sobre columnas jónicas nos da paso al interior del edificio, que es prácticamente un único espacio de planta rectangular sin divisiones, exclusivamente las que corresponden a los cuatro torreones. En la galería central, de dieciocho metros de altura, las cubiertas y las columnas de hierro son las únicas protagonistas.

Señalar por último que en la construcción de este edificio, además de Ricardo Velázquez Bosco, que fue como ya he dicho el arquitecto coordinador del proyecto, trabajaron también el ingeniero Alberto del Palacio (constructor, entre otras obras significativas, del famoso Puente de Hierro de Portugalete y de la madrileña Estación de Atocha) y el ceramista Daniel Zuloaga, autor también por ejemplo de las cerámicas del Palacio de Cristal, el otro hermoso edificio del Retiro del que Velazquez fue también arquitecto y Palacio colaborador destacado, pues aportó los cálculos para construir el armazón metálico. Buen equipo sin duda el que formaron estos tres y buen legado de obras el que, juntos o por separado, nos han dejado.