Hasta el 3 de mayo el Centro de Exposiciones Arte Canal nos muestra "Itinerario Hernán Cortés", una exposición en la que se nos narra, con pinceladas quizás algo gruesas, la epopeya que a principios del siglo XVI implicó la conquista de México para la Corona de Castilla.
La exposición se estructura, como bien adelanta el título de la misma, en forma de itinerario secuencial. Comienza enmarcando el hecho de la conquista en la tendencia que todos los pueblos, a lo largo de la historia de la humanidad, han mostrado por expandirse territorialmente, colonizando nuevas tierras. En línea con esta tendencia, el descubrimiento de América a finales del siglo XV va a suponer para la Corona de Castilla, a lo largo de los dos siguientes siglos, un verdadero acicate que atraerá hacia el Nuevo Mundo a numerosas personas deseosas de aventura y de mejorar su condición social. Muchos de ellos procederían, como nuestro protagonista, de Extremadura: Vasco Nuñez de Balboa, Francisco Pizarro, Pedro de Alvarado, Francisco de Orellana, Pedro de Valdivia, ...
Nacido en Medellín, Hernán Cortés se formaría profesionalmente en Salamanca y Valladolid, en donde adquiriría conocimientos de derecho y administración que le serían luego muy útiles en su epopeya conquistadora. En 1511 participó en la expedición de conquista de Cuba, recibiendo en compensación por ello tierras y esclavos en la isla (llegó a ser nombrado alcalde de Santiago de Cuba).
A finales de 1518 le fue confiada por el gobernador una expedición para continuar descubriendo la costa de Yucatán, pero él, desobedeciendo las órdenes, convirtió lo que debía ser una misión de búsqueda y reconocimiento en una legendaria empresa de conquista. Fundó la ciudad costera de Veracruz y, al tener noticias del Imperio Azteca y de su riqueza en oro, se decidió a conquistarlo. Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres, hundió sus naves, y para cumplir su objetivo logró la alianza de toltecas y tlaxcaltecas, pueblos indígenas sometidos a los aztecas. Episodios como la matanza de Cholula, la entrada en Tenochtitlán, la derrota y huida de los españoles en la llamada Noche Triste, la reorganización de las huestes en Tlaxcala y la toma definitiva de la capital azteca en 1521 jalonan la conquista de México.
Tras la conquista vino la colonización. Tenochtitlán fue reconstruida como la capital del México Colonial y el Imperio Azteca se transformó en el Virreinato de Nueva España, llegando a ser la región más culta y avanzada de América, gracias a su riqueza, favorecida por el comercio entre el Atlántico y el Pacífico, y al formidable proceso de hibridación y mestizaje étnico y cultural que se produjo.
La exposición vemos que se centra en narrar la epopeya, deteniéndose apenas sutilmente en la figura del propio Cortés o en la leyenda negra que rodeó la conquista americana. Sin duda uno intuye que debieron cometerse grandes atrocidades en aquellas luchas, pero que en ellas, no sólo los españoles fueron quienes las cometieron, siendo los propios indígenas partícipes de las luchas de poder que se libraron.
Exposición temporal: Itinerario Hernán Cortés
Lugar: Centro de Exposiciones Arte Canal
Fecha: En Madrid hasta el 3 de mayo de 2015
Horario: de 10,00 a 21,00 h. (lunes cerrado)
Precio: Entrada general 7 €
Compartiendo sitios donde ir, actividades a realizar y curiosidades relacionadas con Madrid que quizás también pueden ser de tu interés
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Fuente de Cabestreros
De las
fuentes públicas que se construyeron en Madrid en tiempos de la 2ª República la
única que permanece claramente identificada hoy como tal es la Fuente de
Cabestreros, ya que tras la Guerra Civil, con la instauración de la dictadura franquista, se ordenó
retirar de todos los elementos públicos las referencias explícitas a la
anterior etapa política, salvándose la inscripción existente en esta fuente no
porque se decidiese darle un tratamiento especial a la misma, sino simplemente
porque a la autoridad municipal competente, que no debía serlo tanto, se le
olvido por lo visto su existencia (sin duda a ello contribuyó su ubicación en uno de los
denominados barrios bajos de la ciudad, el de Lavapiés, que por su condición
humilde fue entonces, como lo sigue siendo ahora,
insuficientemente atendido por quienes tienen responsabilidades municipales).
Pues bien,
sirviéndonos de que dicho error dotó a la mencionada fuente de esa peculiaridad
histórica, hoy la he elegido para proponer encaminar hacia ella uno de nuestros
paseos, pues aunque en si misma carece de cualquier atractivo monumental (es
una sencilla fuente de estructura de granito rematada con un adorno en forma de
piña, con dos pilones laterales y dos caños, de los que ya no sale agua), tiene
el encanto de la curiosidad y el atractivo complementario de estar enclavada en
uno de los barrios más castizos de nuestra ciudad, cuna en su día de los
manolos y manolas, y en el que hoy se respira un enriquecedor ambiente
multicultural y étnico, similar seguramente en esencia al que hace siglos
también se vivió allí con la convivencia de judíos, árabes y cristianos.
La Fuente
de Cabestreros se encuentra en la plazoleta existente en la intersección de la
calle Mesón de Paredes con la calle de Cabestreros. Esta pequeña plazuela
actualmente se ve visualmente integrada con la gran plaza de Nelson Mandela que
se abre al otro lado de la calle y que ocupa lo que hasta mediados del siglo XX
fue el convento de monjas de Santa Catalina de Sena (el muro primitivo de esta institución puede verse en la foto adjunta publicada en su día por El Mundo).
El nombre
de "cabestreros", que da nombre a la calle y a la plazuela, responde
a que en aquel lugar es en donde se establecieron, dentro de una distribución comercial
por gremios, los trabajadores del cáñamo, a los que se les llamaba cabestreros
por ser los que hacían los ramales o cabestreros para las caballerías. La
fuente curiosamente también fue conocida por muchos como “la de los Machos”,
porque según el saber popular sus aguas tenían unas propiedades especiales que exaltaban
la virilidad de los hombres que la bebían.
En este lugar ha existido una fuente al menos desde el siglo XVII, representada en el plano de Texeira. En el siglo XIX fue sustituida por una muy sencilla, de faroles. La fuente actual se colocó en la época de la II República Española, en concreto en el año 1934 como se puede observar en la inscripción realizada en la piedra.
Madrid cuenta, además de esta, con otras fuentes de tiempos de la República, aunque no están como hemos ya dicho identificadas como esta con inscripciones literales al respecto. Es el caso, por ejemplo, de la fuente de la Cuesta de los Ciegos, en la calle de Segovia, a los pies de la escalinata que sube hasta las Vistillas, o de la mayoría de las fuentes que existen en la Casa de Campo en las proximidades del Lago, como la de Neveros, la del Triángulo, o la del Plátano Gordo.
En este lugar ha existido una fuente al menos desde el siglo XVII, representada en el plano de Texeira. En el siglo XIX fue sustituida por una muy sencilla, de faroles. La fuente actual se colocó en la época de la II República Española, en concreto en el año 1934 como se puede observar en la inscripción realizada en la piedra.
Madrid cuenta, además de esta, con otras fuentes de tiempos de la República, aunque no están como hemos ya dicho identificadas como esta con inscripciones literales al respecto. Es el caso, por ejemplo, de la fuente de la Cuesta de los Ciegos, en la calle de Segovia, a los pies de la escalinata que sube hasta las Vistillas, o de la mayoría de las fuentes que existen en la Casa de Campo en las proximidades del Lago, como la de Neveros, la del Triángulo, o la del Plátano Gordo.
Planta de compostaje de Migas Calientes
Dentro del Programa de Actividades Ambientales que para el público en general organiza periódicamente el Ayuntamiento de Madrid se incluye la visita guiada a la Planta de Compostaje de Migas Calientes, así llamada por ser ese el nombre de la finca sobre la que se asienta, situada entre la autopista de circunvalación M-30 y el río Manzanares (a la altura del Club de Campo).
Una planta de compostaje como la que hoy animo a visitar, es una instalación en la que se trata la materia orgánica recogida en los parques y jardines de la ciudad (fundamentalmente ramas de las podas arbóreas, hojas secas y hierbas cortadas en las siegas) con el fin de transformar dicha materia en compost (abono natural), que será posteriormente reutilizado como regenerador y mejorador orgánico de los suelos de los parques de la ciudad. Pensemos que en Madrid, con una superficie de más de 30.000 ha de zonas verdes, incluyendo el Monte del Pardo y unos 280.000 árboles de alineación en los 21 distritos, se generan durante las labores de jardinería una ingente cantidad de residuos vegetales, y que antes de que en 1997 se inaugurase esta planta de reciclado, dichos residuos eran tratados como desechos, con el consiguiente perjuicio medioambiental y económico ligado a la eliminación de estos.
La técnica de compostaje se inició en la India a principios del siglo pasado, cuando se observó que, dejando en fermentación una mezcla de desechos vegetales y excrementos animales y humedeciéndola periódicamente, se obtenía un producto de color marrón oscuro, inodoro y estable, provisto de una gran riqueza biológica. A partir de aquella observación, la técnica se fue mejorando a fin de replicar de forma controlada y dirigida el proceso de fermentación natural que ocurre en la Naturaleza, pero haciendo que la obtención final del humus se acelere e intensifique.
La planta de compostaje de Migas Calientes consiste esencialmente en una gran plataforma de hormigón de más de 14.000 m2 (el objetivo de la misma es evitar que se produzcan filtraciones al subsuelo y que están pudieran contaminar las aguas del cercano río Manzanares) dividida funcionalmente en diversas áreas:
* Área de recepción y almacenaje: En ella es donde se descargan los residuos orgánicos traídos en camiones desde los parques de la ciudad y donde se analiza la idoneidad de estos (las ramas demasiado gruesas se cortan o desechan, se controla que no vienen también residuos inadecuados, etc).
* Área de trituración: Con la ayuda de una pala mecánica los residuos (hojas y ramas) van pasando a la máquina desfibradora, que los tritura. El material resultante se deposita en montones y se deja así entre 2 y 4 días, a fin de que los microorganismos se aclimaten a su nuevo medio y comiencen a multiplicarse. Esta fase es llamada de latencia y crecimiento y al final de ella el interior del montón alcanza fácilmente los 50ºC.
* Área de fermentación: El material pasa ahora a amontonarse en unos grandes rectángulos de 25 x 35 m, en los que van a permanecer alrededor de cuatro semanas. El proceso de fermentación que allí se va a ir produciendo se supervisa para controlar que existe la adecuada proporción de sustancias nutritivas (carbono y nitrógeno), aportando al tiempo a estos grandes montones de materia la humedad y la aireación necesaria para que el proceso finalice con éxito (la temperatura sube en esta fase a los 60-70ºC..
* Área de maduración: Finalizada la fase anterior las temperaturas decaen y los residuos se trasladan a la zona de maduración, donde permanecen en un proceso de fermentación lenta hasta 6 meses. Aquí se controlan temperatura y oxígeno mediante sondas manuales y se efectúa la aireación de la masa con una máquina volteadora que, al mismo tiempo, va desplazando los almiares (montones) para dejar sitio a los lotes que vienen detrás.
* Área de cribado y almacenamiento: Unas vez madurado y estabilizado, el producto pasa a la zona de cribado, donde utilizando diferentes calibres (normalmente 10, 15 o 20 mm) se afina en función del destino final del biocompost. Las partes gruesas que el cribado no admite (aproximadamente un 15%) se reutilizará en los parques y jardines como acolchador de las superficies de plantación.
Interesante sin duda la visita. Desde aquí felicito al Ayuntamiento por organizar actividades educativas y medioambientales como esta.
Una planta de compostaje como la que hoy animo a visitar, es una instalación en la que se trata la materia orgánica recogida en los parques y jardines de la ciudad (fundamentalmente ramas de las podas arbóreas, hojas secas y hierbas cortadas en las siegas) con el fin de transformar dicha materia en compost (abono natural), que será posteriormente reutilizado como regenerador y mejorador orgánico de los suelos de los parques de la ciudad. Pensemos que en Madrid, con una superficie de más de 30.000 ha de zonas verdes, incluyendo el Monte del Pardo y unos 280.000 árboles de alineación en los 21 distritos, se generan durante las labores de jardinería una ingente cantidad de residuos vegetales, y que antes de que en 1997 se inaugurase esta planta de reciclado, dichos residuos eran tratados como desechos, con el consiguiente perjuicio medioambiental y económico ligado a la eliminación de estos.
La técnica de compostaje se inició en la India a principios del siglo pasado, cuando se observó que, dejando en fermentación una mezcla de desechos vegetales y excrementos animales y humedeciéndola periódicamente, se obtenía un producto de color marrón oscuro, inodoro y estable, provisto de una gran riqueza biológica. A partir de aquella observación, la técnica se fue mejorando a fin de replicar de forma controlada y dirigida el proceso de fermentación natural que ocurre en la Naturaleza, pero haciendo que la obtención final del humus se acelere e intensifique.
La planta de compostaje de Migas Calientes consiste esencialmente en una gran plataforma de hormigón de más de 14.000 m2 (el objetivo de la misma es evitar que se produzcan filtraciones al subsuelo y que están pudieran contaminar las aguas del cercano río Manzanares) dividida funcionalmente en diversas áreas:
* Área de recepción y almacenaje: En ella es donde se descargan los residuos orgánicos traídos en camiones desde los parques de la ciudad y donde se analiza la idoneidad de estos (las ramas demasiado gruesas se cortan o desechan, se controla que no vienen también residuos inadecuados, etc).
* Área de trituración: Con la ayuda de una pala mecánica los residuos (hojas y ramas) van pasando a la máquina desfibradora, que los tritura. El material resultante se deposita en montones y se deja así entre 2 y 4 días, a fin de que los microorganismos se aclimaten a su nuevo medio y comiencen a multiplicarse. Esta fase es llamada de latencia y crecimiento y al final de ella el interior del montón alcanza fácilmente los 50ºC.
* Área de fermentación: El material pasa ahora a amontonarse en unos grandes rectángulos de 25 x 35 m, en los que van a permanecer alrededor de cuatro semanas. El proceso de fermentación que allí se va a ir produciendo se supervisa para controlar que existe la adecuada proporción de sustancias nutritivas (carbono y nitrógeno), aportando al tiempo a estos grandes montones de materia la humedad y la aireación necesaria para que el proceso finalice con éxito (la temperatura sube en esta fase a los 60-70ºC..
* Área de maduración: Finalizada la fase anterior las temperaturas decaen y los residuos se trasladan a la zona de maduración, donde permanecen en un proceso de fermentación lenta hasta 6 meses. Aquí se controlan temperatura y oxígeno mediante sondas manuales y se efectúa la aireación de la masa con una máquina volteadora que, al mismo tiempo, va desplazando los almiares (montones) para dejar sitio a los lotes que vienen detrás.
* Área de cribado y almacenamiento: Unas vez madurado y estabilizado, el producto pasa a la zona de cribado, donde utilizando diferentes calibres (normalmente 10, 15 o 20 mm) se afina en función del destino final del biocompost. Las partes gruesas que el cribado no admite (aproximadamente un 15%) se reutilizará en los parques y jardines como acolchador de las superficies de plantación.
Interesante sin duda la visita. Desde aquí felicito al Ayuntamiento por organizar actividades educativas y medioambientales como esta.
Cotorras
Muchos parques de Madrid se ven desde hace años
invadidos por multitud de cotorras argentinas, esas foráneas aves de pecho
gris y torso verde que si bien en un principio fueron seguramente bien acogidas
en general por muchos vecinos ya que resultaban curiosas y daban un cierto toque exótico,
con el paso del tiempo y el significativo aumento de ejemplares se han
convertido en una auténtica molestia, perturbando la tranquilidad ambiental de los parques con su incesante ruido, y alejando de su hábitat tradicional a otras aves autóctonas.
La Cotorra Gris o Cotorra Argentina pertenece a la familia de los loros y es originaria de Sudamérica. Su presencia en España, como en otras
partes de Europa, obedece a que fueron traídas como mascotas y posteriormente
liberadas irresponsablemente, seguramente porque como animal de compañía resultaron ser para
sus compradores demasiado ruidosas e incluso violentas.
Su proliferación en nuestras ciudades se debe a que es un animal que se adapta
muy bien al medio en el que asienta su territorio y que carece por lo general
de serios depredadores. Originalmente estas cotorras son de alimentación granívora, pero en
las ciudades se han habituado a comer casi de todo y poco a poco, dado especialmente a que viven formando grupos de tamaño significativo (sus descomunales nidos, que llegan a pesar más de 40 kilos, son sin duda también un peligro latente sobre las cabezas de los paseantes), van desplazando a otras especies
autóctonas como el gorrión, el mirlo o incluso la urraca, que antes moraban por allí tranquilamente, llegando incluso a competir ya en algunos lugares
con las mismísimas palomas.
En Madrid, donde tanto las cotorras argentinas como las
palomas son sin duda un problema, me consta por haberlo leído en prensa que se han puesto en marcha durante
estos años diversas acciones para tratar de disminuir su número. Se han destruido nidos y se ha intentado atraer a algunos posibles depredadores (en Torre Europa se alojaron varias crías de halcones peregrinos), pero visto lo visto las acciones han sido hasta la fecha sin duda insuficientes.
¿Deberemos aceptar que estos pájaros hayan venido para
quedarse ya definitivamente entre nosotros? Me temo que hay muchas posibilidades de que así sea. Por lo pronto tienen
su lógico hueco en la guía de “aves comunes en los espacios verdes de la ciudad de Madrid” elaborada por SEO/BirdLife en colaboración con el Área de Medio
Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, y a la cual puedes acceder desde aquí.