El Estanque del Retiro

Los aledaños del Estanque del Parque del Retiro son sin duda uno de esos sitios preferidos por los madrileños para pasear en un día festivo, preferentemente si el tiempo soleado acompaña. La distracción allí está asegurada, pues a lo agradable del entorno arbóreo y monumental hay que añadir el disfrute que para niños y mayores supone la contemplación de los pequeños espectáculos ofrecidos por variedad de músicos, magos y titiriteros, sin olvidar además el propio espectáculo que ofrece el estanque con sus barcas, y también las voraces y enormes carpas luchando siempre por unos trozos de pan arrojados al agua.

El origen del Estanque Grande, -pues este es su nombre oficial-, se remonta al del propio recinto del Retiro, lugar de recreo creado entre 1630 y 1640 a iniciativa del Conde-Duque de Olivares para el disfrute de la Corte del rey Felipe IV. De aquella época inicial hoy permanece, además de buena parte de árboles y plantas, el Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro (hasta hace sólo unos años utilizado como sede del Museo del Ejército y hoy cerrado), el Casón (antiguo salón de baile), el Estanque de Las Campanillas o Pequeño Estanque Ochavado (recientemente restaurado), el Estanque Grande,  y la Ría Chica. De ellos, en concreto el Estanque Grande que nos ocupa fue construido en 1634 por Cristobal de Aguilera, maestro mayor y veedor de las fuentes de Madrid.

El diseño del Estanque Grande era originalmente algo mayor seguramente que el que ahora vemos, contando además con diversos elementos que desaparecieron con el tiempo. Disponía en su perímetro con varios embarcaderos y edificaciones, -los llamados “pescaderos”-, desde los que la realeza y sus acompañantes podían pescar. En el centro del estanque, tal como se aprecia en el plano de Texeira, había una isleta que se utilizada como punto de desembarco de caballeros y damas en sus lúdicos paseos náuticos y también como apoyo escenográfico en las neumaquias (representación de batallas navales) y en los diversos eventos teatrales y musicales que se programaban. Del estanque partía también un canal navegable, llamado del "Mallo" o "Ría Grande", que discurriendo aproximadamente a lo largo de lo que hoy es el Paseo de Coches llegaba hasta la altura de lo que ahora es la glorieta del Ángel Caído, en donde el canal finalizaba formando una isla interior en la que se levantaba una ermita, la de San Antonio de los Portugueses (posteriormente, en el lugar que ocupó esta se construyó en 1760, durante el reinado de Carlos III,  la famosa Real Fábrica de Porcelanas, popularmente conocida como “la China”). El agua del Estanque Grande procedía mayoritariamente del Arroyo Abroñigal, siendo recogida a tal efecto mediante cuatro grandes norias que, disimuladas en el interior de templetes, estaban situadas a los lados del estanque.

No se tienen datos fiables de en qué momento exacto desaparecieron tanto la isleta como el canal del Mallo, pero la primera ya no aparece en los mapas del reinado de Carlos III (1785) y la canalización seguramente se alteró a causa de las reformas de José I (1808-1814).

En 1817, tras el estado en que como consecuencia de la Guerra de la Independencia quedaron los Jardines del Retiro (el ejército invasor napoleónico instalo una ciudadela en su interior, haciendo de la fábrica de La China la instalación central de la misma), Fernando VII encargó a su arquitecto mayor, Isidro González Velázquez, la realización de diversas obras de acondicionamiento y mejora. Entre las nuevas construcciones que se hacen destacan la Fuente Egipcia y, en el lado oriental, un Embarcadero en piedra, ladrillo y madera, con cubierta de zinc y plomo en tres cuerpos y decoración “chinesca”. En el interior de este Embarcadero, que podemos apreciar en el cuadro adjunto de José Ribelles, diversas estancias acogían a la familia real para que pudieran descansar cuando acudían a los festejos en el Estanque.

En 1867 se abrió al uso público la navegación en el estanque, completándose el nuevo servicio a los madrileños con diversas instalaciones hosteleras que atrajeron a partir de entonces a muchos asiduos. En 1917 se construyó un nuevo embarcadero al norte del estanque que vendría a sustituir al anterior que por entonces estaba ya en muy mal estado y fue derribado. En su emplazamiento se construiría el gran monumento a Alfonso XII que desde su inauguración en 1922 preside la estampa del estanque. Este conjunto monumental fue proyectado por el arquitecto José Grases Riera. Mide 30 metros de alto, 86 metros de largo y 58 metros de ancho, y en su elaboración participaron más de veinte escultores. Su simbología es grandilocuente: En el centro de un gran hemiciclo de columnas que representa al pueblo español se alza, sobre un gran pedestal, la estatua ecuestre del rey (realizada por Mariano Benlliure) en actitud calmada, como corresponde a su título de "Pacificador". Del agua del estanque ascienden hacia el monumento central unas escalinatas flanqueadas por leones de piedra sobre pedestales con sirenas de bronce.

El Estanque es poco profundo, pues con una media de 1,27 metros oscila en partes entre los 60 centímetros de mínimo y los 1,81 metros máximos. A pesar de ello, parece ser que durante la época romántica fue escenario de numerosos intentos de suicidios. ¡Como no fuesen devorados por las carpas! (he leído que una de ellas, a la que llamaban Margarita, llegó a medir 1 metro de longitud y a pesar 12 kilos, pero como no soy pescador y se que en el gremio se tiende a exagerar, tomo el dato con cautela).

El Estanque se ha vaciado completamente en varias ocasiones para su limpieza y sorprende saber que además de lodo y peces muertos (ver imágenes del No DO) en su lecho se han encontrado muchas más cosas, algunas realmente sorprendentes. En el año 2001, por ejemplo, se sacaron de allí 192 sillas, 40 barcas, 41 mesas, 20 papeleras, 9 bancos de madera, 3 contenedores, 19 vallas del Ayuntamiento, 50 teléfonos móviles, una máquina expendedora de chicles, varios carros de la compra, numerosos monopatines y una caja fuerte (abierta y vacía).

Como curiosidad, señalar que en 1963 se desecó el estanque para rodar unas escenas de la película "El Fabuloso Mundo del Circo" en las que se aparentaba estar en el Parque de Atracciones de Viena (el cercano Paseo de Coches se transformó también para la ocasión en los Campos Elíseos de París). Aquí tienes una foto con algunos de sus afamados protagonistas, -John Wayne, Claudia Cardinale, Rita Hayworth-, y el monumento de Alfonso XII al fondo. 

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