Muchos parques de Madrid se ven desde hace años
invadidos por multitud de cotorras argentinas, esas foráneas aves de pecho
gris y torso verde que si bien en un principio fueron seguramente bien acogidas
en general por muchos vecinos ya que resultaban curiosas y daban un cierto toque exótico,
con el paso del tiempo y el significativo aumento de ejemplares se han
convertido en una auténtica molestia, perturbando la tranquilidad ambiental de los parques con su incesante ruido, y alejando de su hábitat tradicional a otras aves autóctonas.
La Cotorra Gris o Cotorra Argentina pertenece a la familia de los loros y es originaria de Sudamérica. Su presencia en España, como en otras
partes de Europa, obedece a que fueron traídas como mascotas y posteriormente
liberadas irresponsablemente, seguramente porque como animal de compañía resultaron ser para
sus compradores demasiado ruidosas e incluso violentas.
Su proliferación en nuestras ciudades se debe a que es un animal que se adapta
muy bien al medio en el que asienta su territorio y que carece por lo general
de serios depredadores. Originalmente estas cotorras son de alimentación granívora, pero en
las ciudades se han habituado a comer casi de todo y poco a poco, dado especialmente a que viven formando grupos de tamaño significativo (sus descomunales nidos, que llegan a pesar más de 40 kilos, son sin duda también un peligro latente sobre las cabezas de los paseantes), van desplazando a otras especies
autóctonas como el gorrión, el mirlo o incluso la urraca, que antes moraban por allí tranquilamente, llegando incluso a competir ya en algunos lugares
con las mismísimas palomas.
En Madrid, donde tanto las cotorras argentinas como las
palomas son sin duda un problema, me consta por haberlo leído en prensa que se han puesto en marcha durante
estos años diversas acciones para tratar de disminuir su número. Se han destruido nidos y se ha intentado atraer a algunos posibles depredadores (en Torre Europa se alojaron varias crías de halcones peregrinos), pero visto lo visto las acciones han sido hasta la fecha sin duda insuficientes.
¿Deberemos aceptar que estos pájaros hayan venido para
quedarse ya definitivamente entre nosotros? Me temo que hay muchas posibilidades de que así sea. Por lo pronto tienen
su lógico hueco en la guía de “aves comunes en los espacios verdes de la ciudad de Madrid” elaborada por SEO/BirdLife en colaboración con el Área de Medio
Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, y a la cual puedes acceder desde aquí.