Bajo
el seudónimo de "El ciego de las Vistillas" en 1921 comenzó el periodista Pedro de Répide y Gallego a
publicar en el desaparecido diario La Libertad una colección de artículos en
torno a las calles de Madrid, artículos que fueron posteriormente recopilados y publicados
en formato libro con el título de “Las Calles de Madrid”. Por su contenido y por la gran cantidad de localizaciones reseñadas dicho libro sigue resultando de gran utilidad para los que gustamos de curiosear sobre la historia e
historias de la Villa, siendo reconocido como un clásico entre los libros del género. Hoy me sirve su referencia de entrada para hablar aquí de su autor
y de esos otros que como él fueron o son Cronistas Oficiales de la Villa.
Pedro
de Répide nacido en Madrid en 1882 y antes de su consagración en la capital como
literato y periodista trabajó varios años en París como bibliotecario y
secretario de correspondencia de la destronada reina Isabel II, que allí se había retirado a vivir.
Tras la muerte de esta regresa en 1905 a
Madrid, donde pronto empieza a publicar varias novelas y también libros de
sabor madrileñista.
Los
artículos de Répide sobre “Las calles de Madrid” que conformarán el libro del
que he hecho referencia al principio fueron
publicados en el periódico “La Libertad” entre el 3 de mayo de 1921 y el 4 de
octubre de 1925, a razón de nueve entregas mensuales. Los tres primeros los
firma Répide bajo el seudónimo de “El ciego de las Vistillas” pero, debido a la buena aceptación que estos tienen y que le animan a seguir publicando nuevas entregas ya regularmente, los siguientes irán firmados con su verdadero nombre, .
En
1923, siendo Alcalde de Madrid, Joaquín Ruiz Giménez, Pedro de Répide es
nombrado, junto con Antonio Velasco Zazo -otro reconocido escritor y periodista
del momento-, Cronista Oficial de la Villa.
La
declaración de Cronista Mayor y Oficial de la Villa había sido otorgada por
primera vez en 1864 a Ramón de Mesoneros Romanos, el "curioso parlante" como le gustaba firmar en sus escritos. Tras el fallecimiento de este en 1882, el título fue dado a Julián Castellanos y Velasco (que lo mantuvo hasta su renuncia en 1889) y luego a Carlos Cambronero Martínez. En
1923, considerando que para una ciudad del volumen de Madrid la existencia de un
solo cronista era insuficiente, se formaliza la creación del Cuerpo de Cronistas Oficiales de la
Villa, siendo Pedro Répide y Velasco Zazo los primeros que inscriben su nombre
en él.
El Cuerpo
de Cronistas oficiales de la Villa va a contar a partir de entonces con varios
titulares (en 1998 queda fijado estatutariamente en su reglamento que podrán ser un
máximo de hasta doce miembros vivos, con un mínimo de seis, y que el máximo de
títulos a otorgar en cada mandato corporativo, mientras existan vacantes, sea
de tres). El nombramiento de los Cronistas se lleva a cabo siempre por designación
municipal, aunque debe contarse también con el aval de los cronistas existentes
en ese momento. El cargo de Cronista es vitalicio y, aunque meramente honorífico, pues no tiene remuneración alguna, compromete al poseedor del mismo a continuar escribiendo e investigando sobre la ciudad,cosa que no obstante suelen hacer por gusto en el marco de sus respectivas profesiones. El despacho del Cuerpo de
Cronistas de la Villa de Madrid ha estado situado históricamente en la Casa de
la Panadería, aunque en tiempos recientes pasó al Palacio de Cañete (calle Mayor,
69), compartiendo espacio con la biblioteca del Instituto de Estudios Madrileños.
Desde
1923, el pleno del ayuntamiento de Madrid ha realizado veintinueve
nombramientos de Cronistas Oficiales de la Villa. Actualmente hay once, de los que diez lo son
a título personal: los periodistas Enrique de Aguinaga Lopez (decano del
cuerpo), Pedro Montoliú Camps, Luis Prados de la Plaza, Ángel del Río López,
Antonio Castro Jiménez, Mayte Alcaraz Hernández y Ruth Gonzalez Toledano; el musicólogo Andrés
Ruiz Tarazona; y los historiadores Carmen Iglesias Cano y Feliciano Barrios
Pintado (este fue nombrado en 2013 y es por tanto el último de los Cronistas
actuales). Además de los anteriores, hay un cronista honorífico oficial a título corporativo, el
Instituto de Estudios Madrileños, representado por su presidente, Alfredo Alvar
Ezquerra.
Es sin duda de agradecer la labor desarrollada a lo largo de los años por los sucesivos Cronistas de la Villa, como lo es también, y desde aquí quiero dejar constancia personal de reconocimiento, la de esos otros cronistas que, aunque no lo sean oficialmente, nos acercan desde publicaciones, blogs y diversos medios divulgativos, al conocimiento de la ciudad de Madrid.
Para terminar y por su relación con el tema tratado, facilito seguidamente un par de enlaces a unos vídeos accesibles en You Tube que formaron parte de un documental emitido en su día en la 2 de TVE: