Palacio de Godoy

En el número 9 de la Plaza de la Marina Española, haciendo esquina con la calle de Bailen, encontramos uno de esos edificios de la ciudad con interesante historia pero que al no ser especialmente llamativo actualmente en su estética exterior pasa desapercibido para muchos paseantes. Me estoy refiriendo al Palacio Godoy, también conocido como Palacio Grimaldi o Palacio de los Ministerios (llegó a alojar simultáneamente en un tiempo la sede de varios de ellos) y que en la actualidad es sede del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Este edificio fue construido en 1776 según proyecto de Francesco Sabatini, quien como arquitecto real había recibido el encargo de Carlos III de construir en las cercanías del Palacio Real (por aquel entonces recientemente inaugurado como nueva residencia real) el Palacio de los Secretario de Estado, destinado a albergar al Primer Secretario de Estado o primer ministro y a varias de las dependencias administrativas ligadas a la función de este. El lugar elegido fue el solar situado junto al Colegio Convento de doña María de Aragón, hoy Palacio del senado, frente al Real Monasterio de la encarnación.

El palacio resultante fue un edificio sencillo y externamente de trazas clásicas madrileñas: Sobre basamento de piedra se elevan los muros de ladrillo visto en los que se abren, en rígida simetría, vanos y ventanas. El edificio que vemos hoy es resultado de diversas modificaciones que entre otras cosas redujeron parte de sus dimensiones (por ejemplo, se tiró buena parte de la fachada frente a los actuales Jardines de Sabatini para ensanchar la calle Baién). El interior, si bien muchos de los elementos decorativos se han perdido, está en cambio más estéticamente ornamentado, destacando sin duda arquitectónicamente la escalera de marmol de tipo imperial que arranca del vestíbulo porticado y, subdividiéndose en dos tramos perpendiculares, desemboca en el piso principal. Se conserva la disposición de los grandes salones, así como la mayor parte de las pinturas de sus techos, de motivos chinescos, neopompeyanos o paisajistas.

Como ya he comentado una de las denominaciones de este palacio es la que se le asocia al marqués de Grimaldi por ser éste el Secretario de Estado vigente cuando se finalizó la construcción, aunque en realidad él no llego a instalarse en el edificio pues fue destituido en 1777. Su sucesor, el conde de Floridablanca sí habitó el inmueble hasta 1792 (tras el fallecimiento de Carlos III había sido mantenido en el cargo por el nuevo rey Carlos IV). El Conde de Aranda, sucesor del anterior, reusó instalarse en él durante el ejercicio de su cargo, por lo que será ya el nuevo Secretario de Estado, Manuel Godoy, quien no sólo va a habitar el Palacio sino que va a comprárselo a la corona para convertirlo en su vivienda habitua. A raíz de ello el palacio experimentará diversas obras de ampliación y mejora. No sólo se introducen mármoles y maderas nobles, sino que se decoran techos y se embellecen estancias, especialmente con el aporte de la fantástica colección de obras de arte el "Principe de la Paz" posee. A modo de ejemplo recordemos que allí se colgaron pinturas tan sobresalientes como “La Venus del espejo” de Diego Velázquez, “La educación de Cupido” de Correggio o “La maja desnuda” y “La maja vestida” de Francisco de Goya, quien además pintó por encargo de Godoy cuatro pinturas alegóricas de formato circular, de las que actualmente se conservan tres en el Museo del Prado (la otra se ha dado por desaparecida).

En 1807 Godoy va a recibir como regalo del Ayuntamiento de Madrid el Palacio de Buenavista, en la actual Plaza de Cibeles (sede ahora del Cuartel General del Ejército de Tierra), edificio que hasta ese momento había pertenecido a los duques de Alba. Godoy procedió a hacer el traslado de domicilio y, aunque realmente no llego a habitar su nueva residencia, pues cayo pronto política y socialmente en desgracia, lo cierto es que pronto dejaría ya el Palacio del Marqués de Grimaldi. En 1808 Madrid va a ser ocupado por las tropas napoleónicas y Joaquín Murat, cuñado de Napoleón, decide en calidad de máxima autoridad militar de las tropas francesas acantonadas en la capital instalarse en nuestro palacio. Desde allí, este comandante con serias aspiraciones a ser proclamado rey de España (finalmente ya sabemos que Napoleón reservó dicho título para su hermano José Bonaparte y otorgó a Murat el de rey de Nápoles) vivió el levantamiento del pueblo de Madrid y fue desde allí desde donde gestionó la violenta represión acaecida durante el 2 y 3 de mayo.

El Palacio sufrirá durante la invasión napoleónica el expolio de las tropas francesas y, perdido buena parte de su antiguo esplendor. en los años sucesivos cambiará a menudo ya de finalidad como inmueble de uso público: Fue primero sede del Consejo del Almirantazgo, pasando en 1819 a albergar las dependencias de la Biblioteca Real; en 1826 se convirtió en sede de las Secretarías del Despacho de Gracia y Justicia, Hacienda, Guerra y Marina, hasta que un incendio en el edificio ocurrido el 29 de noviembre de 1846 aconsejó el traslado de estas dependencias, ya convertidas con el régimen liberal en Ministerios. Sólo quedaron en el edificio las dependencias del Ministerio de Marina, al que pocos años después se le agregarían las del recientemente creado Museo Naval (1844). El resto del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX siguió desempeñando funciones ministeriales, aunque en algunas ocasiones parte de sus habitaciones y salones recuperaron el lujo de tiempos pasados al convertirse en los alojamientos de las futuras reinas de España, María Cristina de Austria y Victoria Ana de Battenberg, antes de sus respectivas bodas con Alfonso XII -en segundas nupcias- y Alfonso XIII. En 1941 se decidió instalar en el palacio el Museo del Pueblo Español, donde se podían contemplar trajes regionales e históricos, así como productos y manifestaciones artísticas locales y populares. En 1977 se convertiría en el actual Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
En 1962 fue declarado Monumento Histórico-Artístico y desde el 2000 tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC).

Para terminar, no quiero dejar de referir una curiosidad más relacionada con este palacio, y es que a día de hoy sigue conservándose íntegro el despacho que Manuel Godoy tuvo allí (no sólo la mesa y la silla, sino también la lámpara dieciochesca, el recubrimiento enmaderado en caoba de los muros, los adornos en paredes, la alfombra de la desaparecida Real Fábrica de Santa Bárbara, … ), pero no se conserva en el Palacio de la plaza de la Marina, sino en la planta noble del actual Cuartel general de la Armada situado en la confluencia entre el Paseo del Prado y la calle Montalbán. Pinturas y mobiliario fueron trasladados allí en 1929, pieza a pieza y respetando para la nueva ubicación las dimensiones y detalles de la estancia original. El despacho no está abierto al público y solo se abre actualmente para recepciones del más alto rango estatal.


Si sientes curiosidad por como es dicho despacho pincha en el enlace que te facilito correspondiente a una información publicada en su día por el ABC.

Casa-palacio de don Manuel González-Longoria

En la calle Juan de Mena, esquina con la de Ruiz de Alarcón, se encuentra la casa-palacio de don Manuel González-Longoria, uno de esos elegantes palacetes que la burguesía de finales del siglo XIX se hizo construir en el incipiente barrio de los Jerónimos que hacia 1865 empezó a configurarse cerca del Paseo del Prado, sobre los antiguos terrenos del que fuera Palacio del Buen Retiro.

González-Longoria, indiano de origen asturiano, fue miembro de diferentes consejos administrativos, diputado por el partido conservador entre 1879 y 1886 y senador vitalicio desde 1891. Además, a través del matrimonio de sus hijas, emparentó con la nobleza y obtuvo en 1895 para su hijo el título de marqués de la Rodriga. Este último heredará el inmueble en 1912 y unos años después, puesto que había fijado su residencia en Oviedo, decide  poner a la venta el edificio, siendo adquirido en 1925 por el Colegio de Notarios de Madrid. 

El diseño de la casa data de 1888 y es obra del arquitecto José Marañón Gómez-Acebo (autor también, por ejemplo, del Hospital Central de la Cruz Roja, en la Avda. Reina Victoria, quien se ajustará al objetivo demandado por González-Longoria de disponer tanto de una residencia familiar como de un lugar de trabajo, obteniendo además una rentabilidad económica adicional con la construcción en la finca de varias viviendas para su arrendamiento. Así, el interior del edificio está organizado en dos zonas, con accesos independientes. La primera zona, con portal y entrada por la calle Ruiz de Alarcón (actualmente zona de oficina del Colegio Notarial de Madrid), fue la destinada a arrendamiento y contaba con dos viviendas en las plantas segunda y tercera, y un estudio de artista en la buhardilla, comunicadas por una escalera interior que era también usada para el servicio de los González-Longoria. Su semisótano disponía también de acceso propio y directo desde la calle Ruiz de Alarcón, siendo utilizado como local. La segunda zona del edificio, más suntuosa, tenía su entrada por la calle Juan de Mena y correspondía a la parte destinada a la residencia y las oficinas de los González-Longoria. Es está parte del edificio la que resulta más interesante y la que se puede visitar de forma guiada en el marco del programa "¡Bienvenidos a palacio!" organizado anualmente por la Comunidad de Madrid.

En el espacio del “postportal” descendían los ocupantes de los carruajes que accedían al interior del edificio. La escalera situada a la derecha comunicaba directamente con el despacho de González-Longoria y las oficinas, mientras que la de la izquierda con la residencia. Esta segunda escalera era más noble, y contaba con dos tramos hasta el piso principal y a partir de ese nivel con doble ramal. Ambas escaleras son de mármol.


La planta principal es de estilo palaciego y conserva actualmente parte de su mobiliario original. En ella encontramos el vestíbulo, salón dorado, el salón chinesco y el comedor de gala y la biblioteca (hoy reconvertida en ampliación del salón de actos del Colegio).