Tic Tac


Sin duda, el reloj más famoso de Madrid es, por su asociación con la tradición de tomar las uvas en el cierre del año, el reloj de la Puerta del Sol. No tiene la fama mundial de otros relojes europeos como el Astronómico de Praga o el Big Ben de Londres, pero al menos en España, es conocido por todos. Fue inaugurado el 19 de noviembre del año 1866 por la reina Isabel II con motivo de su cumpleaños y su maquinaria se debe al relojero José Rodriguez Losada, que la donó gratuitamente al Ayuntamiento de Madrid.

Edificios emblemáticos de nuestra ciudad tienen relojes en sus fachadas y, seguramente, tras el de Sol muchos madrileños citarían los del Edificio de Telefónica en la Gran Vía (recordemos que fue el primer rascacielos de Madrid y la gente lo tomo como referencia). Hay reloj monumental en la fachada del Banco de España, y también lo hay en la del Palacio de Comunicaciones en Cibeles, en el frontal de las estaciones de Atocha o Norte, en la Plaza Mayor, en el Patio de Armas del Palacio Real o, por citar uno representativo de barrio, en la Casa del Reloj de la Junta de Distrito en Arganzuela.

Pero siendo todos ellos interesantes, voy a centrarme seguidamente en referir  dos simpáticos carillones animados, el de la Plaza de las Cortes y de la calle de la Sal.

El primero de ellos es el conocido como Carillón Groupama, al pertenecer y encontrarse ubicado en la fachada de la sede de esta compañía de seguros (actualmente Plus Ultra Seguros), justo en la esquina junto a la entrada del Hotel Palace. La curiosidad de este reloj es que a determinadas horas, a parte de anunciar las señales horarias con una cambiante melodía, acciona un mecanismo interno por el cual salen a saludar al respetable desde un balcón de la fachada del edificio varios personajes goyescos. Se trata de cinco figuras de tamaño natural que fueron diseñadas en su día por Antonio Mingote y que representan al torero Pedro Romero, a una madrileña Manola, al rey Carlos III, a la Duquesa de Alba (la pintada junto con su caniche por Goya) y al propio pintor.

Este reloj, que atrae la curiosidad de turistas y madrileños, fue instalado en diciembre de 1993. La aparición de la comparsa goyesca se produce diariamente a las doce del mediodía y a las ocho de la tarde (en el periodo navideño hay algunas variaciones horarias) y dura aproximadamente unos tres minutos.

El otro reloj al que quiero hacer referencia aquí y que guarda similitudes con el anterior, es el carillón existente sobre la entrada de la Antígüa Relojería de la calle de la Sal, comercio con solera en la capital pues fue fundado en 1880. El carillón se instaló en la cornisa de la relojería allá por el año 2010 y, siguiendo también un diseño de Mingote, representa la figura de un viejo relojero que trabaja en su taller mientras las campanadas horarias entonan la melodía de un conocido chotis.

¿Has reparado en ellos?