La plazuela de San Javier es un pequeño y algo recóndito espacio del Madrid de los Austrias que pasa por ser considerada la más pequeña de la Villa, curiosidad que por sí misma puede ser motivo para dedicarle una visita, pero que además tiene, en torno a ella, algunas anécdotas que sin duda reforzarán el interés del paseante curioso.
Situada entre las calles Segovia y Sacramento, se accede a esta plazuela a través de la Calle Conde, que así se llama porque en ella tuvo su palacio el conde de Revillagigedo, virrey de la Nueva España e impulsor de la colonización de California. La plazuela, que por pequeña y por dar sólo a una calle más parece una protuberancia de esta que realmente una plaza, ya existía en el siglo XVII, pues así queda reflejada, aunque sin nombre aparente, en el famoso plano de Texeira de 1656.
Se la llamó posteriormente Plazuela de San Javier por existir, en la fachada del edificio que hace chaflán con la calle Conde y que perteneció a la Compañía de Jesús, una imagen pintada de dicho santo ejerciendo su papel de apóstol de las Indias. Dicho edificio fue sometido en los siglos posteriores a diversas reformas, transformándose hace ya tiempo en bloque de viviendas, pero sin perder del todo cierta noble apariencia arquitectónica de antaño, como lo atestigua su puerta adintelada en piedra.
Situada entre las calles Segovia y Sacramento, se accede a esta plazuela a través de la Calle Conde, que así se llama porque en ella tuvo su palacio el conde de Revillagigedo, virrey de la Nueva España e impulsor de la colonización de California. La plazuela, que por pequeña y por dar sólo a una calle más parece una protuberancia de esta que realmente una plaza, ya existía en el siglo XVII, pues así queda reflejada, aunque sin nombre aparente, en el famoso plano de Texeira de 1656.
Se la llamó posteriormente Plazuela de San Javier por existir, en la fachada del edificio que hace chaflán con la calle Conde y que perteneció a la Compañía de Jesús, una imagen pintada de dicho santo ejerciendo su papel de apóstol de las Indias. Dicho edificio fue sometido en los siglos posteriores a diversas reformas, transformándose hace ya tiempo en bloque de viviendas, pero sin perder del todo cierta noble apariencia arquitectónica de antaño, como lo atestigua su puerta adintelada en piedra.
