Frente a la estación de Atocha, en la esquina de la calle
Alfonso XII con el Paseo de la Infanta Isabel, encontramos el Museo Nacional de Antropología, un
museo que nos ofrece a través de sus cinco salas de exposición permanentes una
visión global de las diversidades y similitudes culturales existentes entre los
pueblos de los cinco grandes continentes y que, adicionalmente muestra también
estos días la exposición fotográfica temporal “La Amazonía Peruana y el Caucho:
Imágenes de una época”.
Este museo antropológico fue el primero de su tipo que se
creó en España. Inaugurado el 29 de abril de 1875 por el rey Alfonso XII, su
fundación se debió a la iniciativa personal de Pedro González Velasco, médico
cirujano que habiendo reunido en sus viajes una amplia colección de piezas de
antropología y etnografía decide para exponerlas, encargar a uno de los más
prestigiosos arquitectos españoles de la segunda mitad del siglo XIX,- el
marqués de Cubas-, la construcción del edificio museo que hoy vemos y del que
seguramente lo que más nos llama la atención es su fachada principal de estilo
neoclásico, con ese pórtico de columnas jónicas y su frontón correspondiente.
No obstante, señalaremos que desde su fundación el museo ha
cambiado mucho, pues mientras en el siglo XIX primó el estudio del hombre en su
aspecto físico (inicialmente se llamó Museo Anatómico), es a partir del último
cuarto del siglo XX cuando pasa a centrarse en la antropología social y
cultural que hoy nos muestra.
El museo con ya hemos indicado cuenta con cinco salas de
exposición permanente que se distribuyen entre las tres plantas del edificio.
Las de la planta baja están dedicadas respectivamente a Filipinas (por su
especial relación con España de país asiático), las Religiones Orientales
(Hinduismo, Budismo e Islam) y los Orígenes del Museo (muestra como
curiosidades una momia guanche y el esqueleto del denominado gigante
extremeño). La segunda planta está dedicada a África y la tercera a América. En
cada una de ellas podemos ver piezas relacionadas con indumentaria, ajuar
domestico, actividades lúdicas, religiosas, etc.
Para finalizar esta entrada, quiero mencionar una curiosa
leyenda en torno al fundador de este museo, -el doctor Velasco-, que tuvo por
lo visto mucho eco entre los madrileños de finales del diecinueve y que fue
recogida incluso muchos años después por el escritor aragonés Ramón J. Sender
en un cuento (incluido en su libro “La llave”, publicado en 1960). La historia
tiene mucho de escabrosa, pero parece ser que, aunque adornada por la rumorología,
tiene en parte una base real: Dice la leyenda que la única hija del doctor G.
Velasco, siendo muy joven enfermó de tuberculosis (parece ser que realmente fue
de fiebres tifoideas, pero para el caso que nos ocupa es lo mismo), y viendo
el padre que los médicos poco podían hacer para curarla le suministró una
pócima por él elaborada, muriendo al poco. Tanta fue la tristeza del padre y la
impotencia por no haber podido salvar su vida que pide y obtiene un permiso, en
base a su prestigio como científico, para embalsamar a su hija y retener el
cadáver en su domicilio. En todo el proceso de embalsamiento es ayudado por su
discípulo el doctor Muñoz, al parecer, prometido de la joven difunta. A las
pocas semanas del fallecimiento, comienza a correr por Madrid la noticia que el
doctor Velasco y su ayudante sientan a su mesa el cadáver de su hija, como si
de un vivo se tratara, hablando con ella. Algunos llegan a decir que han
vestido a la difunta de novia, o que la cambian de ropa varias veces. Los rumores
van corriendo cada vez más. Algunos afirman que al atardecer el doctor Velasco
saca a pasear a su hija en el coche de caballos y que la sienta enfrente de él,
al lado de la ventanilla. Más allá de la imaginación y distorsión popular, la verdad parece ser que el doctor G. Velasco embalsamó realmente
a su hija al fallecer y que su cadáver permaneció en su casa hasta la muerte
del doctor. Momificado, pasó a la Facultad de Medicina.
Sin duda las dos
pasiones del doctor Velasco fueron el amor a su hija y la creación de su Museo
Antropológico (para una más detallada información sobre esta leyenda te
recomiendo el siguiente enlace: http://gabinetedcuriosidades.blogspot.com.es/2009/05/la-leyenda-del-doctor-velasco.html).
¡Ah!. La entrada al Museo Nacional de Antropología es gratuita los sábados tarde y los domingos, por lo que puedes aprovechar estos días para visitarlo nsi no quieres gastarte los 3 € de la entrada normal.