Subiendo a la cúpula de La Almudena


La Catedral de la Almudena es uno de las edificaciones emblemáticas de Madrid y merece la pena visitarla, con independencia de que existan motivaciones personales religiosas o no para hacerlo. Posiblemente ya habrás ido, pero ... ¿has subido a su cúpula y contemplado desde su altura Madrid?. Las vistas son amplias y, sin ser deslumbrantes, merecen la pena, por lo que te animo a que te plantees alguna vez la subida. Indicarte, eso sí, que el acceso no es gratuito. En la tarifa general cuesta 6 euros la entrada conjunta al museo catedralíceo y a la cúpula (un precio sinceramente algo caro para lo que se ofrece, pero todo sea por ampliar nuestro conocimiento y disfrute de la oferta madrileña).

Ya comenté anteriormente en este blog el origen de la tradición madrileña por la Virgen de La Almudena, por lo que en línea con el objetivo de informar sobre algunos datos relevantes y curiosos relacionados con la visita propuesta en esta ocasión daré seguidamente unas breves pinceladas en torno a la Catedral de la Almudena.

El proyecto de construcción de la Catedral de la Almudena fue encargado al arquitecto Marqués de Cubas por el rey Alfonso XII,  en recuerdo de su primera mujer, la reina María de las Mercedes, gran devota de la patrona de Madrid. La primera piedra se puso el día 4 de abril de 1883 y unos pocos años después, el proyecto se vería importantemente respaldado al crearse en 1885, mediante bula del Papa León XIII, la Diócesis de Madrid-Alcalá,  (hasta entonces Madrid estaba adscrita a la de Toledo). Posteriormente, en 1991, Madrid es ascendida en la estructura eclesiástica a archidiócesis (como curiosidad indicar que hasta la fecha han sido 11 los obispos de Madrid, siendo el primero que se nombró D. Narciso Martínez Izquierdo).

Las obras de construcción de la catedral de La Almudena sufrieron a lo largo del siglo XX numerosas interrupciones debido a las discrepancias de los sucesivos arquitectos con el proyecto original, a la Guerra Civil y, sobre todo, a problemas económicos. No obstante, después de 110 años, finalmente pudo terminarse y el 15 de junio de 1993 Juan Pablo II la consagró, siendo la primera catedral española que consagra un Papa.

Para subir a la cupula deberemos entrar a la Catedral por la pequeña puerta que veremos a la derecha de la fachada principal, la que da al patio de la Armería del Palacio Real. Iniciamos la visita con la Sala Capitular y la Sacristía mayor, que están decoradas en mosaico de, para mi, dudoso gusto estético. Seguidamente accederemos a una amplia balconada desde la que podemos contemplar en su amplitud el Palacio Real. Continuamos con lo que es el museo catedralício propiamente dicho y en el que se exhiben en una primera galería escudos episcopales, ornamentos y varios documentos importantes. Ascendiendo por una escalera carente de interés especial llegamos a la cúpula y desde allí salimos nuevamente al exterior para admirar Madrid y sus alrrededores a vista casi de pájaro. Veremos también de cerca las doce estatuas obra del escultor Luis Sanguino que representan a los apóstoles: San Felipe, San Bartolomé, San Mateo, San Simón, Judas Tadeo, Santiago Alfeo, San Matías, San Bernabé, San Pedro, Santiago Apóstol, San Juan y San Andrés.

En nuestro regreso descendente pasaremos por la segunda galería del museo, en la que se explica de forma catequética la liturgia de la Iglesia Católica. La salida de nuestro recorrido da al interior de la Catedral, por lo que aprovecharemos para visitarla nuevamente.

La catedral de La Almudena es un templo de exterior neoclásico e interior neogótico, de 99 metros de longitud y 75 de altura. Está construida por piedra de Novelda (Alicante) y granito de las canteras de Colmenar. Tiene un crucero de 66 metros de longitud, trece capillas, tres altares y una gran cúpula de veinte metros de diámetro.

El interior de La Almudena sorprende por tener detalles completamente diferentes a otras catedrales: el techo y las vidrieras dejan de lado el estilo clásico para dar paso a colores vivos y diseños que a muchos no dejarán indiferentes (a mi, personalmente no me entusiasman). El altar de la Virgen de la Almudena, situado en el lateral derecho del templo tiene un bello retablo de Juan de Borgoña del siglo XVI. En la capilla central de la girola se colocó el arcón que en el siglo XIII contenía el cuerpo incorrupto de San Isidro.

Para información sobre el museo catedralicio de La Almudena pulsa aquí