Paseando hoy por la Casa de Campo he podido comprobar gratamente
que ya ha finalizado la restauración del acueducto de La Partida y que se
estaba trabajando en adecentar con losas de piedra el suelo en torno a la
fuentes de tiempos de La República, como la que hay junto a este o la que encontramos justo al otro lado de
la carretera que baja del embarcadero. Se trata de elementos arquitectónicos
sencillos, pero con interés histórico que merece la pena conservar. Esperemos
que la gente sepa valorarlos y mantenerlos adecuadamente en buen estado, a ser
posible fuera de feas pintadas e incomprensibles acciones de absurdo
vandalismo.
El acueducto de La Partida fue construido en el siglo XVIII y
es obra de Francisco Sabatini, el afamado arquitecto real de Carlos III. La
construcción forma parte del llamado Canal de la Partida, que desde el estanque
grande derivaba parte del agua, que este recibía del Meaques, a fin de abastecer
los jardines del Palacete de Iván de Vargas (construcción que está igualmente
siendo restaurada actualmente) y el regadío de la huerta de la Partida, situada
frente a este.
La huerta de la Partida, cuyos orígenes se remontan al siglo
XVI, eran tierras de cultivo próximas a la hacienda que la poderosa familia de
los Vargas poseía a las afueras de Madrid, en la otra margen del río
Manzanares, y que mediante su producción de frutas y hortalizas les garantizaban
el abastecimiento de dichos alimentos. Cuando el rey Felipe II adquiere posteriormente
la finca de los Vargas y varios de los terrenos colindantes para crear un
amplio espacio recreativo y cinegético vinculado a la Corona, la zona de huerta
se mantiene, y seguirá siendo igualmente zona de cultivo productivo con los
monarcas posteriores, incluso cuando el real sitio va a perder con el tiempo para
estos interés como lugar de esparcimiento.
Durante la Segunda República la huerta de la Partida se
cedió al Comité de Plantas Medicinales, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura que en línea con su función decidió sustituir los hasta entonces cultivos alimenticios por plantas de finalidad terapéutica.
Con el estallido de la Guerra Civil la huerta, situada en
pleno frente de batalla, dejó de funcionar y pronto quedó en el olvido.
Fue en el año 2007, tras el soterramiento de parte de la M-30
y la puesta en valor con el Parque Madrid Río de todo el área aneja al
Manzanares , cuando el Ayuntamiento de Madrid procedió a la recreación del
antiguo enclave de la huerta de la Partida con la plantación de árboles
frutales y olivos, acondicionando al tiempo los terrenos como parque y creando
incluso un pequeño pero interesante mirador desde el que se contempla buena
parte de la cornisa de la ciudad.