Entre los jardines peculiares de Madrid debemos incluir sin duda el
Jardín
Tropical de la Estación de Atocha. ¿Lo conoces?
Este jardín invernadero ocupa el
espacio de la antigua nave de andenes de la Estación de Mediodía, primera
estación de trenes que tuvo Madrid (se inauguró en
1851). El edificio tiene una hermosa estructura de hierro forjado que lo recubre y que corresponde a la remodelación realizada entre 1888 y
1892 bajo la dirección del arquitecto e ingeniero Alberto de Palacio, colaborador
de Gustave Eiffel, y que tuvo que llevarse a cabo en la estación tras el importante incendio
de la originaria en 1888 que la había reducido prácticamente a escombros.
La nueva cubierta, que es la que vemos, está considerada una obra de arte de la arquitectura ferroviaria
decimonónica, tiene forma de casco de nave invertido, posee una luz de casi 49
metros, una altura aproximada de 27 metros y una longitud de 157 metros,
superando crecidamente a todas las realizaciones que de ese tipo se habían
hecho hasta entonces en España.
La creación del Jardín Tropical corresponde a la remodelación que entre los años 1985 y 1992 va a realizarse nuevamente en esta estación para cuadruplicar su capacidad ferroviaria e incorporar
un intercambiador y una zona de aparcamiento. El artífice del nuevo diseño será el arquitecto Rafael Moneo, quien construye
una nueva terminal situada detrás de la antigua estación y reconvierte el viejo
edificio, ya sin andenes, en un espacio comercial con tiendas, bares y un
frondoso jardín tropical cubierto, de unos 4000 metros cuadrados y que está poblado con
más de 500 especies vegetales entre las que destacan la amplia
variedad de palmeras y helechos.
El jardín de la Estación de Atocha cuenta también con un estanque en el que, entre plantas acuáticas y peces nos llamará la atención el gran número de galápagos (muchas personas, en lo que es sin duda una mala práctica que debería evitarse, los abandonan allí cuando dejan de querer tenerlos en su casa).
Señalar que el ambiente de este jardín es, por requerimiento de las plantas
que en él hay, extremadamente cálido y húmedo, por lo que a veces puede resultar un poco sofocante pasear por él. Date no obstante una vuelta por entre la vegetación para verla de cerca y luego sube a la segunda planta del edificio de la nueva estación y disfruta de una vista completa
del conjunto. Descubrirás también algunas curiosas esculturas.