Exteriormente esta iglesia es bastante austera y no llama en absoluto la atención, hasta el punto que es posible que hayamos pasado a su lado sin animarnos a entrar a visitarla. La fachada es de ladrillo visto sin adornos y lo único reseñable a la vista es quizás la portada barroca, con la escultura de San Antonio en una hornacina sobre el dintel de la puerta. La sorpresa, al igual que ocurre con esos huevos Kinder de los niños, la tenemos en el interior: Encontramos un templo de una sola nave elíptica, carente de columnas y coronado por una gran bóveda en la que todo, desde las paredes al techo, está cubierto de pinturas al fresco. ¡Realmente el conjunto llama la atención!
San Antonio de los Alemanes fue fundada en 1607 por Felipe III como Real Hospital para los enfermos portugueses que vivían en Madrid (recordemos que por entonces Portugal pertenecía a la Corona Española). Por este motivo y por estar encomendada la capilla del Hospital a San Antonio de Padua, el recinto era conocido en la época como San Antonio de los Portugueses. Posteriormente, entre 1624 y 1633 se construyó junto al hospital el templo que hoy vemos.
Al independizarse Portugal de la monarquía española a partir de 1640, el edificio quedó vacío, hasta que en 1689, la regente Mariana de Austria decidió cederla al séquito de alemanes católicos que vinieron a Madrid acompañando a Mariana de Neoburbo, quien debía contraer matrimonio con Carlos II. Fue entonces cuando pasó a denominarse San Antonio de los Alemanes, nombre con el que ya se queda hasta hoy, y eso a pesar de que realmente el templo sólo estuvo dedicado a los germanos durante apenas 13 años, pues en 1702 Felipe V cedió la administración del edificio a la Hermandad del Refugio, dedicada a atender a los pobres que vagabundeaban por las calles de Madrid y a los que ofrecía comida, ropa y atención médica (aprovecharé esta anotación para indicar que San Antonio de Padua es el patrón de los pobres, además de ser también, por lo visto, un santo muy popular a la hora de encontrar objetos perdidos).
Una vez repasada brevemente la historia de San Antonio de los Alemanes volvemos nuevamente a centrarnos en nuestra visita, fijando ahora la atención en los hermosos frescos de estilo barroco que decoran el interior de este templo y que fueron pintados por Luca Giordano (más conocido en España como Lucas Jordan), Francisco Carreño y Francisco Ricci. Comprenderemos de inmediato por qué esta iglesia fue declarada Monumento Nacional en 1972.
Diversos altares se abren en los laterales de los muros y entre ellos pinturas representativas de reyes de la Edad Media españoles, húngaros, alemanes, franceses o de Bohemia que fueron conocidos por su religiosidad o por las batallas en que lucharon contra los enemigos de la religión católica. Sobre los altares, en pequeños óvalos, bustos de reyes ya del siglo de la iglesia, como Carlos II, Mariana de Neoburgo (esposa del anterior), Felie IV o Mª Luisa Gabriela de Saboya. Por aquí y por allá santos portugueses y diversidad de figuras humanas. En la cúpula, una escena asociada a la vida de San Antonio enmarcada con ornamentación barroca de columnas, ventanales y pilastras, todo ello pintado con el arte de la perspectiva. El retablo mayor, presidido por una escultura de San Antonio es algo posterior a los frescos pues data del siglo XVIII.
Indicar por último simplemente que puesto que la iglesia no está siempre abierta, lo más recomendable es ajustar nuestra visita con los horarios inmediatamente anterior o posterior al de las misas (en principio a las 12:00 y 19:00 los días laborables y 11:30, 12:30 h los días festivos).
Iglesia San Antonio de los Alemanes
Dirección: c/ de la Puebla 20 (esquina con
c/ Corredera Baja de San Pablo)
Estaciones de Metro mas cercana: Callao