En la calle Juan de Mena, esquina con la de Ruiz de Alarcón, se encuentra la casa-palacio de don Manuel González-Longoria, uno de esos elegantes palacetes que la burguesía de finales del siglo XIX se hizo construir en el incipiente barrio de los Jerónimos que hacia 1865 empezó a configurarse cerca del Paseo del Prado, sobre los antiguos terrenos del que fuera Palacio del Buen Retiro.
González-Longoria, indiano de origen asturiano, fue miembro de diferentes
consejos administrativos, diputado por el partido conservador entre 1879 y 1886
y senador vitalicio desde 1891. Además, a través del matrimonio de sus hijas,
emparentó con la nobleza y obtuvo en 1895 para su hijo el título de marqués de
la Rodriga. Este último heredará el inmueble en 1912 y unos años después,
puesto que había fijado su residencia en Oviedo, decide
poner a la venta el edificio, siendo adquirido en 1925 por el Colegio de
Notarios de Madrid.
En el espacio del “postportal” descendían los ocupantes de los
carruajes que accedían al interior del edificio. La escalera situada a la derecha comunicaba directamente con el despacho
de González-Longoria y las oficinas, mientras que la de la izquierda con la residencia. Esta segunda
escalera era más noble, y contaba con dos tramos hasta el piso principal y a
partir de ese nivel con doble ramal. Ambas escaleras son de mármol.
La planta principal es de estilo palaciego y conserva actualmente parte de su mobiliario original. En ella encontramos el vestíbulo, salón dorado, el salón chinesco y el comedor de gala y la biblioteca (hoy reconvertida en ampliación del salón de actos del Colegio).
El diseño de la casa data de 1888 y es obra del arquitecto José Marañón
Gómez-Acebo (autor también, por ejemplo, del Hospital Central de la Cruz
Roja, en la Avda. Reina Victoria, quien se ajustará al objetivo demandado por González-Longoria de
disponer tanto de una residencia familiar como de un lugar de trabajo,
obteniendo además una rentabilidad económica adicional con la construcción en
la finca de varias viviendas para su arrendamiento. Así, el interior del edificio está
organizado en dos zonas, con accesos independientes. La primera zona, con
portal y entrada por la calle Ruiz de Alarcón (actualmente zona de oficina del
Colegio Notarial de Madrid), fue la destinada a arrendamiento y contaba con dos
viviendas en las plantas segunda y tercera, y un estudio de artista en la
buhardilla, comunicadas por una escalera interior que era también usada para el
servicio de los González-Longoria. Su semisótano disponía también de acceso
propio y directo desde la calle Ruiz de Alarcón, siendo utilizado como local.
La segunda
zona del edificio, más suntuosa, tenía su entrada por la calle Juan de Mena y
correspondía a la parte destinada a la residencia y las oficinas de los
González-Longoria. Es está parte del edificio la que resulta más interesante y
la que se puede visitar de forma guiada en el marco del
programa "¡Bienvenidos a palacio!" organizado anualmente por la
Comunidad de Madrid.
La planta principal es de estilo palaciego y conserva actualmente parte de su mobiliario original. En ella encontramos el vestíbulo, salón dorado, el salón chinesco y el comedor de gala y la biblioteca (hoy reconvertida en ampliación del salón de actos del Colegio).