El sorteo de Navidad es sin duda el más popular de todos los sorteos de lotería, pues a la búsqueda individual de la suerte aúna la tradición, arraigada en España a lo largo de los años, de compartir en esas fechas de exaltación de sentimientos entrañables la posibilidad de disfrutar de un premio económico con las personas más cercanas, sean familiares, amigos, compañeros o vecinos.
Una vez más, en estas fechas previas al sorteo navideño, las colas ante las administraciones más populares o céntricas se hacen visibles y, de entre todas ellas, también como cada año, destaca la que se forma en la administración de Doña Manolita. Una cola de gente, tan numerosa, que precisa de vigilantes del orden y de un trazado cambiante de su recorrido para minimizar en lo posible molestias a los comercios colindantes.
Doña Manolita de Pablo, que falleció en 1951, creo su primera administración de lotería en 1904 en la calle de San Bernardo y, en 1931, ya reconocida por Madrid como la más famosa de sus loteras, se trasladaría a un nuevo local en Gran Vía 31 (allí permanece la placa concedida en su día como identificativa de uno de los Comercios Centenarios). En la Gran Vía permanecería el local de loterías hasta 2011, ya asumida desde años antes la gestión por descendientes de la hermana de Manolita, pues ella no tuvo descendencia. Ese año se traslado nuevamente la ubicación de la administración al que hoy es su actual sitio en la calle del Carmen número 22.
El marchamo de "décimos de Doña Manolita" tiene tal atracción entre los buscadores de suerte que más allá de la venta en la propia administración encontraremos, fundamentalmente en la Puerta del Sol y aledaños, numerosas vendedoras callejeras que nos ofrecerán, por un suplemento de unos 2 euros, sus décimos garantizados de Doña Manolita sin tener que esperar colas. ¡Hay a quienes sin duda les compensa!
El origen del Sorteo de Navidad se remonta a la época de las Cortes de Cádiz, celebrándose el primer sorteo el 18 de diciembre de 1812 (la Lotería Nacional en España, cuyo precedente debe buscarse en la existente desde 1771 en Nueva España, actual Méjico, surgió oficialmente el 4 de marzo de dicho año con un sorteo en Cádiz que al principio estuvo circunscrito sólo a dicha localidad y a la limítrofe de San Fernando). El Sorteo recibió el nombre de ‘Lotería Moderna’, para diferenciarla de la ‘Lotería Primitiva’ iniciada por el Marqués de Esquilache en 1763. El nombre de ‘Sorteo de Navidad’ no llegó hasta el 23 de diciembre de 1892 y cinco años después esta denominación ya aparecía impresa en los boletos.
Pero hablar de la Lotería de Navidad quedaría incompleto sin mencionar a los famosos "niños de San Ildefonso", esos que desde 1771 vienen sacando y cantando los números premiados. No se sabe con certeza el por qué son los alumnos de este colegio (uno de los más antiguos de Madrid, pues fue fundado en el último tercio del siglo XV, cuando reinaban los Reyes Católicos) los elegidos para cantar los números. Una de las principales teorías, barajada por los propios responsables del centro, es que se aprovechó la circunstancia de que eran estos niños, conocidos como "doctrinos", quienes cantaban originalmente por las plazas de Madrid la doctrina cristiana. Así, cuando tuvo lugar el primer sorteo, los responsables de la lotería decidieron seguramente que fueran estos niños los que cantaran y recibiendo a cambio una limosna.
Este año 2013 hasta el árbol navideño instalado en la Puerta del Sol nos recuerda la estrecha relación de estas fiestas con el sorteo de la lotería, pues patrocinado por la Administración Nacional de Sorteos, presenta adornos de bombos a lo largo de su superficie.
Mucha suerte si tienes previsto jugar y, en cualquier caso, lo hagas o no, te toque o no, digamos aquello de ... ¡al menos que tengamos salud!